David tiene 28 años, nos conocimos en el tercer año de instituto, era un chaval alegre y divertido, no obstante noté que siempre se mantenía al margen de nuestras conversaciones cuando hablábamos de videojuegos.
Recuerdo un día en el que todos charlábamos apasionadamente del juego de moda, Warcraft II. La conversación giraba en torno a qué estrategias usábamos cada uno, si alianza u horda, si mejor crear más arqueros o caballeros, y fue entonces cuando a David debió picarle la curiosidad. Comenzó a hacer preguntas, quería saber en qué consistía aquello exáctamente, por qué era necesario recolectar oro y talar árboles para obtener madera, etc etc.. entonces yo le pregunté por qué no se animaba a probar el juego. "No tengo ordenador", fue su respuesta.
Era el año 1995, antes de que Internet fuera algo popular, aún así éramos bastantes los chavales de la época que teníamos un PC, videoconsola o ambas, sin embargo David no tenía nada de eso. Mi curiosidad, la de alguien que venía jugando desde los tiempos del Spectrum, echaba chispas. David no tenía interés en los videojuegos, y el mínimo que pudiera tener era sofocado por la negativa de sus padres, quienes creían que "te volvían tonto".
Las discusiones con él se volvían apasionantes, pero también bastante exasperantes. Realmente David se creía lo que decían sus padres, es más, lo defendía con todo tipo de argumentos. Algunas veces se mostraba particularmente ofensivo, nos decía que era patético quedarse una tarde en casa jugando al Age of Empires, o que engañábamos a nuestros padres haciendo que nos compraran un ordenador "sólo para jugar".
A día de hoy David trabaja en una empresa pequeña, estudió derecho y es una persona más, aparentemente normal, pero a mí me da algo de pena, no ha conocido otros mundos, no ha tomado decisiones estratégicas, no ha pegado tiros en la selva, no ha construido su propia ciudad, no se ha hecho rico y no ha vivido una aventura a través de los cinco continentes, a David le falta una chispa en la mirada...
Actualización 5 Oct 2010:
Vistas las críticas al post, debo aclarar que por supuesto no se ningunea a David por el hecho de no haber jugado a videojuegos, más cuando una gran parte de la sociedad tampoco lo hace. Los "tiros" van más por la opción que David se está perdiendo, tan válida como la lectura, la televisión, el cine o la música... es decir, esto es una oda a los videojuegos, tan criticados por algunos medios de comunicación.
PD: David no existe, es un personaje imaginario.
